Desde la tarde que Dany conoció al chico nuevo de su clase sospechaba que era de “ambiente” pero, por obvias razones no le preguntaría: “Hola… ¿y dime, eres gay?, sin embargo estaba dispuesto a pagar cualquier precio con tal de saberlo, lo primero que hizo es investigar su correo electrónico, fue difícil porque el chico tendía relacionarse con muy pocas personas, de hecho su mejor amiga Penélope tuvo que ver en la obtención de su dirección electrónica, después de haberlo conseguido lo agregó a una cuenta donde manejaba otro nombre y otra personalidad, esperó por varios días conectado a la red sin tener resultado alguno, pero su desesperación aumentaba a medida que lo veía sin poder decir lo que sentía y aunque ya se habían presentado anteriormente él parecía callado, tímido, cortante ante su presencia, incluso cuando le regresó su celular, Ernesto lo tomó y le dio su agradecimiento, dejando a Dany con las ganas de besarlo.
Un día como cualquier otro Dany chateaba con un chico que conoció en un foro de Internet cuando el icono del correo electrónico de Ernesto se activó, entonces sin ningún problema puso como no admitido al chico con el que platicaba, aunque estaba acostumbrado a ligar por Internet en esa ocasión fue difícil romper el hielo, no sabía qué escribir y cuando por fin escribía algo rápidamente lo borraba, los minutos pasaban y era conciente que el chico nuevo se desconectaría en cualquier momento, no quiso ser pesimista y pensó cuidadosamente qué escribirle, comenzó con un ¡Hola!, una cosa llevó a la otra y en un momento Dany supo cuál era su color preferido, su número de calzado (por qué se lo preguntaría), su edad, su grupo de Rock favorito, en general la información básica que a cualquier persona se le pregunta a través de la mensajería instantánea, cuando Ernesto le preguntó su nombre él respondió “Me llamo Ramiro” y prosiguieron con su conversación, hasta que por fin Dany se atrevió a hacerle la pregunta obligatoria ¿Tienes pareja?, por un momento se arrepintió porque Ernesto no contestaba y eso le preocupó, por si fuera poco, de todo le dieron ganas de ir al baño (los nervios, ustedes saben), enseguida regresó aún abrochándose los jeans y al ver la pestaña de la conversación con el argentino parpadear, su corazón palpitó más fuerte y se decidió maximizarla, la respuesta era clara y concisa… ¡No!, fue tal la emoción que no se midió y apresuradamente le preguntó ¿Eres gay?, desafortunadamente Ernesto cerró sesión y Dany se quedó con la duda…
En la vida del estudiante promedio no existen semanas más despreciadas que las de exámenes, incluso los profesores se encuentran con suficiente carga de trabajo como para no dormir en varios días, por esta razón Alma no había tenido oportunidad de hablar con Ángel, pero una tarde cuando él la invitó a comer ella se propuso platicarle de lo ocurrido el fin de semana con su amiga.
Ángel era un hombre reservado con su vida privada, por lo cual era muy raro que sacara a conversación algún tema relacionado con ésta, incluso en su forma de vestir y de ser, tenía un estilo propio y era lo que más le fascinaba a Alma, aquel día fueron a un restaurante muy lujoso, él se comportó como todo un caballero, pidieron su orden y platicaron por un momento de la corta estancia de Ángel en el instituto, de los exámenes, de la música, del mar, del romanticismo, del cielo, de la existencia de Dios, de todo un poco, nada era menos importante; pero Alma no dejó de pensar en ningún momento en aquello que la agobiaba y entonces no se contuvo más, mientras Ángel acudió al sanitario preparó muy bien su discurso pero al verlo venir con esa mirada tan cautivante, ese imagen tan cuidada, su rostro, su peinado, sus gafas, su porte de hombre en toda la extensión de la palabra, de pronto no recordaba lo que le diría pero ya estaba decidida así que no importaba si quedaba como una tonta frente a él, entonces le relató lo que había sucedido el fin de semana con su amiga, él atónito por un momento no supo que decir, más unos minutos después le contestó que no recordaba ningún suceso en su vida en el cual tuviera que ver algo con Angélica (la amiga de Alma), incluso Alma le mostró una foto de ella esperando que reaccionara de alguna forma sospechosa, pero eso no sucedió, cuando terminaron de comer Ángel la acompañó hasta su casa y se despidieron con un beso … (en la mejilla).
La discusión con Katya lo traía por demás angustiado, Nataniel no pensaba en otra cosa que en su amada, pero se resistía a llamarle, una mañana al salir de su departamento ella lo esperaba, quedó en shock al verla en tan mal estado, se notaba que había estado llorando, con el rostro demacrado y con la tristeza que jamás antes había visto en su mirada, ella le pidió otra oportunidad, le dijo que había sido una tonta, que la perdonara, Nataniel se sorprendió aún más cuando Katya se arrodilló frente a él, fue una situación muy vergonzosa para ambos, entonces la levantó y le explicó que estaba mal lo que hacía, que no podían seguir así, pero las palabras se las llevó el viento, algunos minutos más tarde el la besaba tan apasionadamente y prometiéndose no volver a pelear ni a desconfiar uno del otro.
Para Xavier las últimas semanas habían sido muy difíciles, los únicos que le habían demostrado su apoyo eran Penélope y Dany, pero de sus padres sólo recibía constante rechazo, una noche después de estar haciendo un ensayo de 15 cuartillas para la clase de Ética y Valores bajó a la cocina a prepararse un sándwich, pues no había comido nada desde el almuerzo, entonces se encontró a su madre llorando y trató de consolarla pero ella le pidió que guardara silencio, Xavier no pudo contenerse y le reprochó del por qué de su actitud, que eran muy injustos con él, no tomaban en cuenta su dolor, que era estúpido guardarle luto a su hermano por el resto de sus vidas, entonces su madre lo calló con una bofetada y lo culpó por la muerte de Armando, al adolescente lo invadió nuevamente la tristeza y aún con hambre subió a su cuarto.